jueves, 22 de noviembre de 2007




Agricultor, bombero, sastre… Hasta hace unas décadas, la ocupación del bisabuelo, era herencia para el abuelo, y de éste al padre y así sucesivamente; una tradición, que de no cumplirla, era objeto de disgusto familiar. Sin embargo, realizar una profesión o un oficio, según nuestros gustos, intereses, habilidades, destrezas, aptitudes, decisiones, o bien, por ne-ce-si-dad, habla de las grandes oportunidades que nos da el espacio en el que nos desarrollamos para hacer un trabajo con calidad. Conozcamos cómo es que un par de abuelos se hicieron de reconocimiento por su labor:
Desde hace más de 50 años, los abuelos Romanita y Ramón iniciaron un sueño colmado de aromas y sabores, desarrollaron un oficio que los ligaría directamente con dos valores fundamentales: el compartir y la familia.
Bajo este criterio, el oficio de panadero se convirtió en una forma de vida muy especial para ellos, donde la combinación de algunas materias primas sumadas a los sentidos, encerraron una suerte de magia, que dio origen a un producto que por siglos ha sido símbolo de unión familiar. Así, con el correr de los años y la suma de experiencia, surgieron nuevas especialidades a las que imprimieron su propio estilo. El secreto para lograr las más exquisitas recetas fue utilizar ingredientes de excelente calidad, pero sobre todo, hacer lo que les gusta con todo ese amor y entrega de la que son capaces los abuelos. Es la clave que les permitió permanecer en el gusto de muchas familias por más de medio siglo, pero sobre todo continuar con la tradición de un oficio que lleva el sello de una herencia familiar.
Es un hecho que ser profesionistas no nos excluye de realizar un oficio, cuando no dejamos de ser profesionales al desempeñar una actividad. Quizá sea interesante distinguir entre un oficio y una profesión, por ejemplo: si necesitamos un corte de pelo, llevar a una mascota enferma a revisión, dar clases a los estudiantes, preparar comida en un restaurante, sacar fotos, diseñar edificios, escribir artículos para periódicos, traducir documentos de un idioma a otro, ayudar a la gente con sus problemas mentales, escribir programas para las computadoras… en fin, la lista es tan larga que no terminaremos pronto.



Casi todos estamos familiarizados con trabajos propios de la comunidad; pero seguros de que nuestros abuelos han sido muy chambeadotes, los invitamos a entrevistarlos para rescatar sus oficios y/o profesiones, con el fin de conformar un Instructivo, en el que incluiremos la información más relevante de las actividades que han realizado nuestros abuelos; podremos distinguir entonces, que oficios y profesiones, no se hayan alejadas de intereses comunes y ambos brindan servicios a la sociedad bajo elevadas normas de responsabilidad ética.
Los invitamos a escribir su formato de oficios y/o profesiones



Recuerden escribir al e-mail del proyecto cuando se les presentan dudas o sugerencias con respecto a las actividades.


Un, dos, tres… Entre las actividades complementarias les sugerimos:



Uno: Organizar una mesa redonda para reconocer los oficios y las profesiones, así como la importancia que tienen, los que se realizan en su localidad.



Dos: Visiten y conozcan el lugar de trabajo de los abuelos que tengan un oficio o profesión.



Tres: Con base en la información que descubran, pueden personificar los diferentes oficios y profesiones de los abuelos, y demostrar los aportes que cada uno de ellos brinda a la comunidad; durante una ceremonia, no estará nada mal.







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